Ya se ha hablado, escrito y comentado mucho sobre el caso del "hijo de Celine" (como si no tuviera nombre el muchacho)
Se ha pegado el grito en el cielo de cómo "la gentita" cholea, discrimina y "crea
ghetos"
Pero, ¿y los que no somos esa "gentita"?
En las afueras del Hospital Militar Central en Jesús María, casi en la esquina que hacen Sanchez Carrión y la Av. Brasil, se ubica todos los días un simpático señor que vende relojes imitación de grandes marcas. Este señor moreno, vestido siempre con guayaberas o camisas floreadas y sobrerito de paja, parece un caribeño feliz perdido en una Lima de clima a veces incierto.
Me lo cruzo todos los días, porque es paso obligado para ir a la oficina. No recuerdo que me salude amablemente para ofrecerme su producto todos los días, pero hoy sí. Lo cual me hizo reflexionar en el por qué. Hoy he venido a la oficina "correctamente vestido", par de zapatos, camisa abotonadita, un jean serio, que dista mucho de mi atuendo diario: sandalias, jean descuidado y algún polo de caricaturas o elemento fanzine. Pues hoy el simpático señor me miró sonriente y me mostró unos relojes cuando pasaba por su lado:
- Excelentísimo doctor, ¿algún modelito elegante?
Hace cosa de un mes, también me dió por ir a la oficina "correctamente" vestido, y entonces me dijo:
- ¡Ingeniero, tengo los últimos modelitos!
Como les contaba, paso todos los días por ese mismo sitio y mi "amigo" no suele ni siquiera detener su vista en mi.
No sé, pero me parecio pertinente contarlo para enriquecer el debate y porque me hizo acordar un post de hace años.
2 Tuvieron algo que decir:
Hombre, si te ve bien vestido, supondrá que eres un cliente potencial... para que perder el tiempo y el aliento en alguien vestido a la diabla :P
La vida no se puede quedar de apariencias vaya falla humana.
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