No puede de ninguna manera justificarse actos de violencia y sobre todo destrucción de la propiedad pública, encima si es patrimonio nacional. Lo peor de todo es, que estos actos nos indican la institucionalización en el país del caballazo y la patada. Si algo no me cuadra, no me connviene o no sale a mi favor pateo el tablero, y destruyo. Desgraciadamente esto se refleja también en la sociedad. Nada justifica esto.
La destrucción del palacio municipal de Chiclayo demuestra una vez más lo poco que nos importa nuestro patrimonio.
Tags: patrimonio+cultural incendio chiclayo+perú municipio
1 Tuvieron algo que decir:
Muy bueno tu artículo Wily .La barbarie cometida (tramada ) por dos políticos chiclayanos , no es otra cosa sino la demostración del "Todo vale " para alcanzar el poder y dinero mucho dinero . Ellos son solo muestras de muchos de nuestros políticos que dicen reprecentarnos y solo quieren crear arcas y llenarlas para si mismos .
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