Según el último informe de Amnistía Internacional, durante el 2007 se han realizado en el mundo por lo menos 1,200 ejecuciones:
Al menos 1.200 personas fueron ejecutadas en 2007, y muchas más fueron víctimas de homicidios cometidos en secreto por el Estado, en países como China, Mongolia y Vietnam.
De las cuales al menos 470 habrían sido ejecutadas en China, un país de apertura económica, y con presidentes extranjeros admiradores. Notemos simplemente la dura y brutal represión que los monjes tibetanos sufren de parte de las autoridades policiales chinas, y eso que las información llega al mundo muy filtrada.
En ese país, el tema de las ejecuciones se maneja bajo secrerto de estado, pero eso es difícil determinar cuál es el número exacto de asesinados y condenados a muerte:
China, a la que en el informe se califica como el país en donde se llevan a cabo más ejecuciones, considera la pena de muerte como secreto de Estado. Sólo las autoridades chinas saben exactamente a cuántas personas se ha matado con autorización del Estado, mientras que el resto del mundo y quienes asistan a los Juegos Olímpicos no pueden hacer más que conjeturas.
Por eso es importante llevar a cabo manifestaciones masivas, aprovechando que China estará en el ojo mundial gracias a las Olimpiadas; competencias que, según recuerdo, sirven para hermanar a los pueblos en FRATERNIDAD y PAZ, señor Wen Jiabao NO EN MUERTE.
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